Darío Jaramillo Agudelo con la palabra entreteje lo cotidiano, brota de las cosas más simples, más inmediatas, pero logra distanciarse de ella para construir el universo de lo etéreo. Entonces, esa cotidianidad se vuelve emoción, sentimiento, nostalgia, irrealidad.
Los hechos menos insignificantes del día o de la noche toman figura impalpable, pero el contacto con lo material no se pierde.
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